Bayahíbe: el derecho a la playa frente al avance del cemento
[ OPINION ]El plan turístico promete sostenibilidad, pero la comunidad denuncia que se blinda el negocio privado y se arrincona al pueblo en su propio mar.
BAYAHÍBE, República Dominicana —
El futuro de Bayahíbe se juega hoy entre dos orillas: la del discurso oficial que habla de desarrollo sostenible y ordenamiento territorial, y la de la comunidad que teme convertirse en espectadora de un litoral que siempre fue suyo. El Plan de Reordenamiento Turístico, respaldado por la Presidencia y grandes cadenas hoteleras, levanta promesas de infraestructura moderna y crecimiento económico. Pero, en paralelo, colectivos ciudadanos denuncian una realidad incómoda: el acceso libre a la playa se reduce, los espacios comunes se privatizan y la voz de los residentes es relegada a segundo plano.
Cemento contra comunidad
El proyecto incluye 500 nuevas habitaciones hoteleras, un nuevo embarcadero, plazas artesanales reubicadas y áreas deportivas. Sobre el papel, suena a progreso. En la práctica, los planos muestran la reubicación forzosa de comercios locales, el traslado de la Marina de Guerra y la delimitación de terrenos para proyectos hoteleros. Para los vecinos, no es ordenamiento: es desplazamiento silencioso.
“Nos dicen que todo esto es por el bien del turismo, pero ¿quién piensa en el pueblo que ha vivido aquí toda su vida?”, cuestiona un residente.
La campaña ciudadana
Frente a este escenario, el movimiento Acción Ciudadana ha convertido la defensa del litoral en una causa pública. Sus mensajes —“Hoy no se trata de unos pocos, se trata de todos nosotros”— resumen un sentimiento generalizado: el mar no puede convertirse en un privilegio. La campaña alerta sobre la pérdida progresiva de playas públicas en toda la República Dominicana y exige que Bayahíbe no sea el próximo caso de privatización encubierta.
El verdadero riesgo
Más allá de la pugna local, lo que está en juego es un modelo de turismo. Bayahíbe ha sido hasta ahora un refugio natural libre de sargazo, una ventaja que lo coloca en el mapa internacional. Pero si el desarrollo se impone sin consenso, el destino corre el riesgo de convertirse en un enclave exclusivo, ajeno a quienes lo habitan. “El cemento puede levantar hoteles, pero no compra confianza ni identidad”, advierte un especialista en planificación territorial.
Conclusión
La pregunta no es si Bayahíbe debe crecer, sino cómo y para quién. Un reordenamiento que excluye a la comunidad no es progreso, es despojo. Si las autoridades insisten en blindar el negocio privado sin garantizar el acceso libre al mar, estarán cimentando un futuro de desigualdad y conflicto social. El verdadero turismo sostenible no se mide en habitaciones ni en embarcaderos, sino en la capacidad de mantener viva la relación histórica entre un pueblo y su playa. Y esa es una línea roja que Bayahíbe no está dispuesta a perder.Fuentes consultadas
🔗 Presidencia RD – “Abinader inicia plan de reordenamiento territorial turístico de Bayahíbe”
🔗 El Caribe – “Bayahíbe y el reto del ordenamiento costero”
🔗 Acción Ciudadana – Campaña comunitaria “Bayahíbe es más fuerte cuando está unida”
🔗 Central Romana Corporation – Plano del proyecto de reordenamiento
Etiquetas: Bayahíbe, acceso público, turismo, privatización, comunidad, sostenibilidad
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